jueves, 15 de diciembre de 2011

El Poder de la palabra

La palabra, junto con el poder de la vibración es capaz de crear, sanar y también destruir.


LO QUE LE DICES A TU SEMEJANTE, TE LO DICES A TI MISMO
Si cada uno de nosotros estuviésemos conscientes de que la energía liberada en cada palabra afecta no sólo a quien se la dirigimos sino también a nosotros mismos y al mundo que nos rodea, comenzaríamos a cuidar más lo que decimos.
Los antiguos esenios sabían de la existencia de un enorme poder contenido en la oración, el verbo y la palabra. Los antiguos alfabetos, como el sánscrito, el arameo y el lenguaje hebreo son fuentes de poder en sí mismos. Los esenios utilizaron la energía que canaliza el lenguaje - la cual era la manifestación final del pensamiento, la emoción y el sentimiento- para manifestar en la realidad la calidad de vida que deseaban experimentar en este mundo. En las culturas del antiguo Oriente eran utilizados los mantras, los rezos, los cánticos y las plegarias con una intención predeterminada como técnicas para materializar estados internos y programar, de una forma ignorada por nosotros en la actualidad, realidades pensadas, deseadas y afirmadas previamente.
Los estudios realizados por físicos cuánticos comienzan a redescubrir y validar el enorme conocimiento olvidado de antiguas culturas ancestrales. Un conocimiento que se encuentra aún escondido y olvidado y que nos aportaría el poder de cambiar nuestro mundo.


LAS PALABRAS PUEDEN PROGRAMAR EL ADN
La más reciente investigación científica rusa apunta a que el ADN puede ser influido y reprogramado por palabras y frecuencias, sin seccionar ni reemplazar genes individuales. Solo el 10% de nuestro ADN se utiliza para construir proteínas, y este pequeño porcentaje del total que compone el ADN es el que estudian los investigadores occidentales. El otro 90% es considerado “ADN chatarra”. Sin embargo los investigadores rusos, convencidos de que la naturaleza no es tonta, reunieron a lingüistas y genetistas -en un estudio sin precedentes- , para explorar ese 90% de “ADN chatarra”.
Los resultados arrojaron conclusiones impensadas: según los estudios, nuestro ADN no sólo es el responsable de la construcción de nuestro cuerpo, sino que también sirve como almacén de información y para la comunicación a toda escala de la biología. Los lingüistas rusos descubrieron que el código genético, especialmente en el aparentemente inútil 90%, sigue las mismas reglas de todos nuestros lenguajes humanos. Compararon las reglas de sintaxis (la forma en que se colocan juntas las palabras para formar frases y oraciones), la semántica (el estudio del significado del lenguaje) y las reglas gramaticales básicas y así descubrieron que los alcalinos de nuestro ADN siguen una gramática regular y sí tienen reglas fijas, tal como nuestros idiomas.

Por lo tanto, los lenguajes humanos no aparecieron coincidentemente, sino que son un reflejo de nuestro ADN inherente. El biofísico y biólogo molecular ruso Pjotr Garjajev y sus colegas también exploraron el comportamiento vibratorio del ADN. “Los cromosomas vivos funcionan como computadoras solitónicas/holográ ficas usando la radiación láser del ADN endógeno”. Eso significa que uno simplemente puede usar palabras y oraciones del lenguaje humano para influir sobre el ADN o reprogramarlo.

Los maestros espirituales y religiosos de la antigüedad han sabido, desde hace miles de años, que nuestro cuerpo se puede programar por medio del lenguaje, las palabras y el pensamiento. Ahora eso se ha probado y explicado científicamente. La sorpresa mayor fue descubrir la manera en que el 90% del “ADN Chatarra” almacena la información. “Imaginemos una biblioteca que en lugar de archivar miles de libros sólo guarda el alfabeto común a todos los libros, entonces, cuando uno solicita la información de un determinado libro, el alfabeto reúne todo lo contenido en sus páginas y nos lo pone a nuestra disposición”, aclaró Garjajev. Esto nos abre las puertas a un misterio aún mayor: que la verdadera “biblioteca” estaría fuera de nuestros cuerpos en algún lugar desconocido del cosmos y que el ADN estaría en comunicación permanente con este reservorio universal de conocimiento.

LA EVIDENCIA INESPERADA
El investigador Dan Winter, que desarrollara un programa de computación para estudiar las ondas sinusoidales que emite el corazón bajo respuestas emocionales, en una fase de la investigación con sus colegas, Fred Wolf y Carlos Suárez, analizó las vibraciones del lenguaje hebreo con un espectrograma. Lo que descubrieron fue que los pictogramas que representan los símbolos del alfabeto hebreo se correspondían exactamente con la figura que conforma la longitud de onda del sonido de cada palabra.

Es decir que la forma de cada letra era la exacta figura que formaba dicha longitud de onda al ser vocalizada. También comprobaron que los símbolos que conforman el alfabeto son representaciones geométricas. En el caso del alfabeto hebreo, las 22 gráficos utilizados como letras son 22 nombres propios originalmente usados para designar diferentes estados o estructuras de una única energía cósmica sagrada, la cual es la esencia y semblanza de todo lo que es. El libro del Génesis está escrito en este lenguaje.

Las letras de los antiguos alfabetos son formas estructuradas de energía vibracional que proyectan fuerzas propias de la estructura geométrica de la creación. De esta manera, con el lenguaje se puede tanto crear como destruir. El ser humano potencia el poder contenido en los alfabetos al sumarle el poder de su propia intención. Eso nos convierte en responsables directos de los procesos creacionales o destructivos en la vida. y con tan solo ¡la palabra!

EL PODER CURATIVO DE LA PALABRA
Existe una capacidad demostrada en la que la palabra puede afectar la programación del ADN. La salud podría conservarse indefinidamente si nos orientamos en pensamientos, sentimientos, emociones y palabras creativas y, por sobre todo, bien intencionadas.
Los estudios del Instituto Heart Math nos abren un nuevo panorama hacia la curación, no solo de los humanos enfermos, sino también para la sanación planetaria. El instituto cree en la existencia de lo que ellos dieron en llamar “híper-comunicació n”, una especie de red de Internet bajo la cual todos los organismos vivos estarían conectados y comunicados permitiendo la existencia de la llamada “conciencia colectiva”.
El Hearth Math declara que si todos los seres humanos fuéramos conscientes de la existencia de esta matriz de comunicación entre los seres vivos, y trabajáramos en la unificación de pensamientos con objetivos mancomunados, seríamos capaces de logros impensados, como la reversión repentina de procesos climáticos adversos.

El poder de los rezos, oraciones y peticiones, tal como nos lo han legado los antiguos esenios -potenciado por millares de personas-, nos otorgaría un poder que superaría al de cualquier potencia militar que quisiera imponernos su voluntad por la fuerza.
Este poder ha sido demostrado en especies animales como los delfines, que trabajan unificados en objetivos comunes. Los delfines utilizan patrones geométricos de híper-comunicació n, ultrasonido y resonancias que les sirven para interactuar con las grillas energéticas del planeta. Estos animales poseen la capacidad de producir estructuras sónicas geométricas y armónicas bajo el agua. Podríamos afirmar que los delfines ayudan más a mantener el equilibrio planetario de lo que lo hacen los humanos.

Si Dios nos otorgó el poder, significa que quiere que nosotros, una vez alcanzado un nivel de conciencia determinado, ayudemos con respeto a la vida a ser co-creadores de su obra.

martes, 13 de diciembre de 2011

Ser Mejor

¿Que es ser mejor? ¿Será acaso auto realizarnos? ¿Lograr caminar con la consciencia en paz? ¿Que será?


Sin duda alguna, todos buscamos ser mejores y quizás sin duda cada quien tengamos nuestra definición operacional sobre ser mejor. Creo que ser mejor es vivenciar plena, vivida y desinteresadamente el momento de sí mismos.

La vida es un proceso de elecciones sucesivas, en cada instante existe una elección progresiva o una elección regresiva. Podemos orientarnos hacia la defensa, la seguridad o el miedo; pero del lado contrario esta la opción del crecimiento, la oportunidad de ser, la opción de crecer y avanzar.  Hablar de ser mejor, es hablar de un proceso continuo donde existe un su mismo que emerge desde el impulso hacia la proyección mayor de ayudar a sus semejantes, de formar parte de una tradición de sinceridad con dosis de responsabilidad.

Ser mejor, es ser responsable de todos los pasos que garantizan opciones de vida, que llevan a las decisiones de constituir un destino basado en la superación, pero sobre todo en el compartirse y expresar sinceramente la implicación a atreverse a ser diferente, impopular e inconformista. Sabemos que el clímax de ser mejor no es un estado final, es en sí, un proceso de actualización de las propias potencialidades que en cualquier momento van surgiendo de las revelaciones de nuestra capacidad que de entrada desconocemos. Supone hacer bien aquello que uno quiere hacer, tan bueno como uno pueda ser o llegar a ser.

Las experiencias del ser mejor, están llenas de momentos transitorios que no pueden compararse, garantizarse, ni siquiera buscarse, debemos dejar que el gozo nos sorprenda ante las condiciones que podemos establecer como probables para dicha experiencia. El ser mejor es estar alerta de esas experiencias místicas, pequeñas que el resto no le concede importancia porque no hay ninguna señal como referencia.

El ser mejor, es descubrir lo que uno es, lo que a uno le gusta, lo que es poco comparativo o inusual; ser mejor es abrirse a si mismo identificar las defensas y creer que hay algo mas allá de lo posible, mas allá de lo visto y mas allá de los que nos han enseñado. Es doloroso quizás por que tendremos que enfrentarnos a creencias y expectativas tradicionales adquiridas por costumbre. Pero ser mejor es encontrar el coraje para renunciar a ellas. Ser mejor es tener personalidad creadora. Un poema dice: 

Cuando el egoísmo no limite tu capacidad de amar,
cuando confíes en ti mismo aunque todos duden de ti,
Y dejes de preocuparte por el que dirán.

Cuando tus acciones sean tan concisas
en duración como largas en resultados.

Cuando puedas renunciar a la rutina
sin que ello altere el metabolismo de tu vida.

Cuando sepas distinguir la sonrisa de la burla
y prefieras la eterna lucha
que la compra de la falsa victoria.

Cuando el ser espontáneo te libere del método.

Cuando actúes por convicción y no por adulación.

Cuando puedas ser pobre sin perder tu riqueza
y rico sin perder tu humildad.

Cuando sepas perdonar,
tan fácilmente como ahora te disculpas.

Cuando puedas caminar junto al pobre
sin olvidar que es un hombre;
y junto al rico sin pensar que es un Dios.

Cuando sepas enfrentarte a tus errores,
tan fácil y positivamente como a tus aciertos.

Cuando halles satisfacción compartiendo tu riqueza.

Cuando sepas manejar tu libertad para pensar,
hablar, leer, escribir
y hasta escuchar sin caer en los excesos.

Cuando sepas obsequiar tu silencio
a quien no te pide palabras,
y tu ausencia a quien no te aprecia.

Cuando ya no debas sufrir para conocer la felicidad
y no seas ya capaz de cambiar tus sentimientos
o tus metas por el placer.

Cuando no trates de hallar respuesta
En las cosas que te rodean,
sino en tu propia persona.

Entonces, y luego entonces ¡serás mejor!